martes, 31 de enero de 2017

El profeta Isaías expresa esta voluntad de Dios, diciendo: "Entonces, yo mismo vendré a reunir a todas las naciones y a todas las lenguas" (Is. 66, 18). Este designio de Dios, que se hizo propuesta definitiva en Jesucristo, se refiere a "todas las naciones y lenguas", es decir, no hay nadie excluido de este proyecto de Dios. El Concilio Vaticano II afirma: "Todos los hombres son llamados a formar parte de la unidad del Pueblo de Dios...



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