Quién es Fridman, el magnate 'ruso' con socios españoles investigado por el FBI
Los empresarios españoles se enfrentan a unos de los hombres más ricos de Europa del Este, cuya operadora de telecomunicaciones ya fue multada por sobornos en EEUU
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Pero, ¿quién es Fridman?, ¿por qué se hizo amigo de la familia Dolset y posteriormente se enemistó con el Grupo Zed, participado por Juan Abelló, Banco Santander y Grupo Planeta? ¿Por qué las autoridades americanas siguen la pista de sus negocios con tanto celo? ¿Tiene algo que ver en la guerra fría entre Obama y Putin?
El FBI y la SEC investigan a una empresa española por sobornos a políticos rusos
Cuando todo parecía preparado para hacer el gran negocio, con la creación de un 'holding' en Holanda —ZED+— que integraría todos las actividades en Rusia, el consejero delegado de VimpelCom, Anton Kudnyasov, anunció a los Dolset el 25 de febrero de 2013 que se rompían las relaciones como consecuencia de las irregularidades descubiertas en Temafon por parte de los españoles. Supuestas desviaciones de dinero a una empresa propiedad de un familiar del ministro del Interior de Rusia, en el que presuntamente participaban Vage Engibaryan y VimpelCom, según los borradores de la Unidad de Delitos Económicos y Financieros (UDEF). La disputa, ventilada en un juzgado de Ámsterdam, pendiente de resolución, ha llevado finalmente a ZED al concurso de acreedores, a ser subastada por apenas 30 millones de euros, con duras acusaciones entre los socios.
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¿Y cómo ha llegado un asunto de una filial española a manos del FBI, de la CIA, del Tesoro estadounidense y de la CNMV americana (SEC por sus siglas en inglés)? Porque VimpelCom ya fue multada en febrero de este año con 836 millones de dólares por pagar sobornos a familiares del presidente de Uzbekistán. La operadora rusa aceptó pagar la sanción, la segunda mayor de la historia por este delito, tras una ardua investigación de la justicia americana, holandesa y noruega.
Pese a que Fridman es el máximo accionista de VimpelCom y miembro de su consejo desde abril de 2010, su representante legal señaló este verano a El Confidencial que el inversor ruso no tenía el control de la multinacional, que tan solo era era un accionista pasivo y que, en consecuencia, no podía afirmarse que había sido sancionado por la SEC por los citados delitos. También negó que el Gobierno del Reino Unido le hubiera forzado a vender unos activos de petróleo en el mar del Norte, comprados antes por 5.100 millones de euros a la alemana RWE, al considerar que era un riesgo geopolítico para el país. Rechazó la aseveración a pesar del comunicado oficial del Departamento de Energía, replicado por varios medios británicos, como la BBC y 'Financial Times'. Lo cierto es que, pocos meses después de esta advertencia, en octubre de 2015, LetterOne, una de sus cabeceras en Europa, vendió estos activos al grupo suizo Ineos.
Sin embargo, con motivo de las elecciones en Estados Unidos, Alfa Bank, el conglomerado financiero de Fridman, fue acusado en numerosos medios americanos de estar detrás de Donald Trump y de los supuestos ataques a los servidores de Hilary Clinton. El FBI inició una investigación, lo que obligó al 'holding' de Fridman a lanzar un comunicado el pasado 1 de noviembre en el que negó cualquier relación con el posterior ganador de los comicios a la Casa Blanca.
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El hecho es que el magnate de Europa del Este está en una encrucijada. Por una parte, entre las sospechas de Estados Unidos, con esta nueva investigación a VimpelCom por el caso ZED. Por otra, entre la vigilancia del propio Gobierno de Moscú por su origen ucraniano. Y por último, con tener su base de operaciones en Londres, la principal capital financiera de Europa, donde se supervisa cualquier movimiento ruso tras las sanciones al Kremlin, especialmente tras la guerra fría declarada por Obama a Putin. Un mapa que puede cambiar a partir de enero, cuando Trump sea investido presidente.
La policía española, con el fiscal anticorrupción a la cabeza, también tiene sus negocios entre ceja y ceja después de la demanda que puso la familia Pérez Dolset ante la Fiscalía Anticorrupción el pasado verano por las sospechas documentadas de pago de sobornos a familiares directos de políticos rusos.
Para conocer su versión sobre estos hechos, El Confidencial ha intentado ponerse en contacto sin éxito con el representante legal del señor Fridman, quien ha defendido en otras ocasiones su honorable reputación.
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